lunes, 26 de enero de 2009

Cristo de los arrabales

Cristo de los arrabales
hoy no me abandones,
te dejo una plegaria, un rezo,
hecho de golpes y susurros,
de ópalos oscuros, y rosas,
donde los sueños así, tal vez,
en impuros territorios
ahondan los muros,
para detener la brisa.
Hoy que me falta
la mitad de la vida,
el resto de la ausencia,
su intacta transparencia.
En esta misa rea,
canyengue y misteriosa
mis ojos, que la miran
desde la vida entera,
en mis bosques de tinta
la esperan dentro del silencio,
fuera de la noche, atrás y lejos,
embriagado de sus besos
en mitad de los recuerdos.
Mudo lluvias constantes
cronologías y distancias,
todo es un puerto, un vigía en el
aire mutilado, ¿Tú me escuchas?
¿Halcón de los espejos,o
borde del vértigo?,
piensa que soy el viento
un fragmento de pan, un rezo,
un tango de silabas azules,
que bebo esta copa, este cáliz,
el latido que la busca
como un ángel ciego,
como un grave designio,
una herencia herida
golpeando el madero.
Cristo de los arrabales,
no me abandones, hoy no,
déjame bailar este tango
oscuro, permanecer ahora,
en esta ceremonia desierta,
en el collar empapado luna
de su amor, que me rodea,
que golpea mi infinita soledad.
Tarde entendí el precio
de la intensidad , y es la vida,
y así se han ido tantas
noches sin ti, tantas noches
sin brújulas sin señales,
y para que? si es tan breve el instante ,
y las palabras apuntan
al corazón del mundo,
donde podría ser bueno,
pero en ese mundo,
de pie y sin llanto, no estas...

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